"La generación del futuro". Crecimos siendo esclavos, esclavos del sistema, esclavos de los comentarios, esclavos del tiempo, esclavos de las cifras, esas cifras que te marcan como identidad. Y es que realmente, "somos un seis" o un "ocho", somos un aprobado o un suspenso. Somos un DNI, un número, una letra. Y lo tenemos bien aprendido: si no estudias no tendrás un buen futuro, ¿y si estudio? ¿Qué pasa si estudio? ¿Qué pasa si no hago otra cosa que estudiar? ¿Qué presente es este? ¿Y qué futuro me espera? Hemos crecido escuchando mentiras, "si estudias conseguirás un buen trabajo". Pero la frase ahora cambia, "tienes que ser de los mejores, o tendrás que dejar tu país", y si lo eres, pues quizás también. ¿Qué me dices? ¿Tiene buena pinta, no? Vivimos para superar al otro, y es que si tú sacas un 9.8 yo tengo que sacar un 10, ¿sabes?. Y no hay compañerismo. Oye, yo necesito matrícula, búscate la vida. Nos están matando. Es